26.7.07

Paris, je t´aime

A finales de junio y nada más acabar las clases me fui a Francia como ya puse por aquí hace más de un mes. Era la recompensa que nos daban en mi instituto por cuatro años estudiando francés, que en muchas ocasiones resultaron un horror. Pues bien, ¡el viaje no fue para nada un horror!

Hasta las 16 horas de autobus para llegar hasta Poitiers merecieron la pena, donde pasamos la primera noche y vimos un espectáculo de luces y sonido en el parque de Futuroscope, al que fuimos al día siguiente y del que conservo muy buenos recuerdos.

La verdad es que tengos todos los recuerdos del viaje a Francia liados y no soy capaz realmente de recordar que hice cada día pero por ahí tengo el folleto donde lo pone (quién se pone ahora a buscarlo con el desastre de habitación que tengo en estos momentos). De todas formas, voy a intentar destacar los mejores momentos y las mejores cosas.

Una es el hotel del plástico que olía a plastilina, en el que todo era de plástico pero olía a plastilina. Una experiencia a recordar si olvidamos que siguiendo esta regla la comida tamién olía a plastilina y sabía a algo muy poco concreto. Claro que la comida también es algo que nunca se olvidará... esos postres a los que le dabas la vuelta y no se caían, esa comida de forma y color conocido pero sabor indescriptible. ¡Menos mal que llevamos productos ibéricos!

Otra es nuestra habitación del hotel, con el baño de medio metro cuadrado también todo de plástico (al parecer está muy de moda en Francia) que tenía una pinta de baño de caravana que no podía con ella, y nuestros vecinos de puertas: ¡los chicos y las chicas! Que no se podía irse a la habitación del de al lado... claro que no, ¡para eso venían ellos! Pero fuimos buenos y no nos llamaron la atención (a nosotros en concreto claro). También destacar las literas que no estaban bien agarradas a la pared y el super enchufe que se convirtió en seis. Y mis compañeras de cuarto, Ana y Alu, ¡cómo os quiero chicas!

París, una ciudad muy bonita. Probablemente la ciudad más bonita y más grande que haya visto nunca. Por ella he cometido el suicidio de volver a estudiar francés el año que viene. Me encantó el barrio bohemio y todos los museos y por fin cumplí mi ilusión de ir al Louvre y ver la Mona Lisa y todos los cuadros de Leonardo Da Vinci. Por no olvidar los Starbucks de por el camino. Fue increíble.

Y por último, la cosa principal a destacar de ese viaje: ¡Mini Choni! Vamos, la pequeña Inés que resultó una niña encantadora con la que pasé mucho tiempo en el viaje y con la que tengo la mayoría de las fotos en las que salgo guapa. Será que todo se pega de esa nena. ¡Recibí su postal de Roma y espero que ella haya recibido mi postal de Dublín! ¡Hay que quedar!

La foto con las tres nenas que yo más quiero de ese viaje, aunque hay otra mucha gente que no se puede quedar fuera del tintero y que espero colgar cuando tenga alguna foto de grupo (¿por qué yo nunca me acuerdo de sacar fotos de grupo?).

De izquierda a derecha: Alu, Inés (Mini Choni), yo y Ana.