Otra vez que dejo el blog abandonadito, aunque esta vez sólo es por poco más de una semana y dentro del territorio español.

Mañana me voy a León, a Valdevimbre, a disfrutar de las ventajas de un abuelo con viñedos y de que son las Fiestas del Vino (lo juntas y es muy práctico, excepto si te empieza a hablar del PH, las uvas y todo eso... en medio de una feria). Voy a pasar unos cuántos días, como dice Amaral, toda la noche en la calle, con mis primos (y toda la gente conocida que me encuentre allí, que suele ser un montón).

Y el domingo hacia el sur, ¡a asarnos y andar tirados por las calles de calor! Ya me han llamado suicida varias veces. No soporto el calor y el solazo tremendo que hace en Asturias, ¡gracioso va a ser verme en Andalucía! Voy a ser la gotita de leche cuando todo el mundo va a estar moreno total a estas alturas del verano. Creo que es el único verano en el que a mediados de agosto aún no he ido ni un sólo día a la playa ni a la piscina.

El domingo a Mérida hasta el martes, cuando nos vamos a Sevilla hasta el viernes de tarde y luego dos días en Granada. Nunca he estado en Mérida ni en Sevilla pero Granada ya me lo conozco de cuando era pequeñita. Curiosamente me dio una insolación en la Allhambra (¿se repetirá la experiencia? ¿abro una encuesta?).

¡Da igual! ¡Por qué va a ser genial! Y el día 16 (creo que era el 16) a ver a Dafne, mi traductora e intérprete preciosa a la que tengo ganas de ver ya, a Carlos que aunque es un borde de narices se le quiere mucho y menos mal que no lee mi blog excepto si se lo pido porque si no me caería una buena, a Carmen a la que tal vez no pueda ver pero que ya le vale, que voy a cargar con la bandera por ella y por si acaso...

Nos vamos fuera otra vez mañana mismo, y menos mal, que llevo 15 días aquí de rutina y vaya aburrimiento en general. Encima no he hecho nada del trabajo acerca de la inmigración europea... bueno, a ver cuándo lo hago al final. De todas formas este está resultando un gran verano en el que estoy haciendo muchísimas cosas.