Aquí estamos de nuevo después de unos pequeños días de "descanso" (al menos bloggero). La verdad es que cuando se vuelve a casa después de bastante tiempo se suelen acumular las cosas para hacer. A parte de que hace demasiado calor como para hacer muchas cosas seguidas y con concentración (sé que alguien me querrá matar por este comentario pero, ¡quiero que llueva!).

Ahora me ha dado por leer todos los libros que se me habían ido acumulando durante el curso (una compra, compra y luego acaba por leer la mitad de los que tenía pensado). Claro que después de más de un mes sin leer una ya tiene ganas de coger algo en plan bien. Y teniendo en cuenta la cantidad de libros obligatorios que me van a mandar para latín y griego mejor me leo por el verano los que me interesan porque luego, me parece a mí, que nada de nada. También me he escuchado la mitad de mi colección de álbumes de música (que son unos cuantos) y me he peleado con mi reproductor de vinilos para poder escucharlos también.

Pero nada, que hay que centrarse, y que entre el trabajo, la casa, mi hermana que está como hiperactiva leyendo todo lo que cae en sus manos e incorporando a su vocabulario palabras que a veces cuestan hasta enfocar en significado (y aún no ha cumplido los 5), el artículo para el proyecto del Parlamento (al que me estoy viciando porque aunque parezca raro la información es muy interesante) y el calor que hace, no hay quién se centre mucho, no estoy yo como para ponerme a rememorar cosas de Irlanda para escribir un post decente.

Lo dejaré para más adelante cuando además esté menos nostálgica y me limitaré a poner alguna foto. Hace exactamente una semana estaba yo en un avión de vuelta bastante menos desesperanzada que ahora. Probablemente era porque estaba medio dormida. Y así empieza agosto.

En frente de la estación de tren de Bray (Irlanda).Después de muchas horas de autobus, expresiones únicas. Yo (izq.) y Raquel. (Francia)
Apetece bañarse, pero no se puede. (Francia) Estatua tocando el violín en Futuroscope. (Francia)