5.2.08

Mediterráneo

Se levantó un día más y observó aquel mar tranquilo y cálido a pesar de estar a principios de febrero. El mar Mediterráneo con mayúscula del que tanto había oído hablar en los últimos meses con su calor, su plenitud y su serenidad, que hacia que se le olvidara incluso el pánico que le daban los espacios abiertos y no ver el fondo o el final.

Mientras se estiraba pensando en su taza de café sabía que las cosas tan perfectas duraban poco y que, al igual que el viento podía ser un dios u otro dependiendo de su dirección, la perfección y la suerte podía cambiar de un momento a otro como así mismo había sido.

Con el poco italiano que recordaba de cuando le hablaban sus abuelos salió a defenderse un día más acompañada de tantos otros que estaban difuminados por los contornos del Etna, donde Encélado caía y provocaba los temblores de los que nadie ya se asustaba.

Visitando a ninfas convertidas en fuentes o en ríos por huir del amor o del engaño tal vez los días hubieran sido aún más cortos de lo deseado. Nunca olvidando la aventura y el descubrimiento de nuevos lugares, nuevos países, nuevos idiomas, comidas, personas...

Y por las noches podría haber mirado al cielo y ver la constelación Triangulum, donde la isla fue ascendida gracias a su patrona, que cuidaba de Sicilia igual que ella cuidaba del tiempo que podría haber estado allí.

Suspiró y con un libro de más de 1000 páginas en un brazo, un jersey al despertar y acordarse de que Sicilia no es su hogar, no es su realidad, decidió enfrentarse al último día de un puente que había prometido mucho. Que había prometido un viaje, una experiencia y otra oportunidad de verte de esas que siempre parecen estar ahí y se escapan entre nuestros dedos.

La suerte cambió respecto a Sicilia.

6 Comments:

At 5/2/08 10:21 p. m., Blogger Ana Vázquez said...

Preciosa esta pequeña historia, me da una penita increíble. Dentro de poco hay reunión del AMPA sobre este tema, pero cada vez son menores las posibilidades por no decir que no hay ninguna.

Lo de Sicilia es y siempre será un sueño roto... :(

Me podías ayudar con lo del blog, si tienes un ratito conéctate!

Revisa el texto que tienes una falta en la última línea...un beso cielo!

 
At 7/2/08 12:13 a. m., Blogger Eduardo Arias said...

Me gusta cuando, al margen de dedicarte a tu lindo ombligo, te pones a crear. No es que te vea como ausente. Es que te veo más tú.

 
At 7/2/08 1:13 a. m., Blogger la cocina de frabisa said...

Muy bonito tu relato. Viajar a lugares desconocidos nos permite enriquecernos, deleitarnos con otros paisajes, personas, gastronomía. Si el viaje es a Sicilia, lugar que no conozco (todavía) es para soñar sin cerrar los ojos. Un beso

 
At 7/2/08 11:01 a. m., Anonymous Anónimo said...

Genial el post! Muy profundo y a la vez muy conciso y claro. Sniff! Te acordaste de poner Mediterráneo con mayúscula, muy bien xD!

Por cierto, el comentario de Eduardo, inteligentemente sincero. Toma ahí!

Muchos besos y sigue escribiendo así.

Te quiero mucho.

->ANYTA<-

 
At 7/2/08 3:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pienso...que eso que has escrito...deberia formar parte de algun libro....que escribas en el futuro.....

un beso

Sourin

 
At 12/2/08 4:33 p. m., Anonymous Anónimo said...

Entro a visitarte y el primer lugar que me encuentro es Sicila. Estuve una semana allí hace un par de años, unos días maravillosos conociendo un lugar que me dejó una huella imborrable en el alma. El Etna, Cefalú, Palermo, Catania... lugares que no se pueden olvidar y que uno debe visitar al menos una vez en la vida. Tu post me ha devuelto el recuerdo de muchas hermosas sensaciones. Gracias. Sigo leyéndote.

 

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