29.3.08

La calle del muelle

Miró el reloj. Volvía a llegar tarde, sólo que esta vez era tan diferente: otro país, otro año, otro tiempo, casi otra vida... Tuvo un escalofrío y se estremeció abrigándose más a pesar del buen tiempo con el simple recuerdo de uno de tantos aquellos días de lluvia. La iba a matar con una excusa pobre que era cierta.

Veía el final de la calle y le parecía algo muy lejano. Se sentía tremendamente culpable y a cada paso se le ocurría una forma de marcharse, de disculparse y huir cobardemente aunque ya había decidido que no era eso lo que debía hacer. En los últimos dos días se habían pasado tantas excusas por la cabeza que ya ni siquiera podría discernir las locuras de las posibles. Pero allí estaba.

Ni siquiera sabía lo que quería. Tenía una, dos o incluso tres opciones "serias" y sabía enumerarlas de mejor a peor, de más importancia a menos, pero cuando llegaba la hora de elegir no podía decir sí o no a cada una de ellas. Ni siquiera podía explicarles cómo estaban las cosas en su cabeza, puesto que no lo sabía.

La calle parecía interminable y aunque quería llegar ya, pues sabía que en cuanto le viera decidiría, a cada paso tenía la tentación de echar a correr en sentido contrario.En el fondo de todos aquellos pensamientos entrelazados oía la voz de su Pepito Grillo: "no debes perder una oportunidad por otra", "no debes sentirte culpable, no hay nada por lo que sentirse culpable" pero al mismo tiempo seguía oyendo a su Pepito Grillo anunciar que las cosas no iban a mantenerse sencillas y libres mucho más tiempo.

Ni siquiera Pepito Grillo tenía un voto allí: era su decisión. En cuanto la calle acabó y se situó a pocos metros de él ya había decidido. Aunque al día siguiente tomó otra decisión poco acertada que necesitaba probar, aunque fuera irracional... Pepito Grillo la iba a matar cuando se enterara.



Fotografía de: La Comunidad - El País

5 Comments:

At 30/3/08 3:32 p. m., Blogger Ana Vázquez said...

A veces es bueno escuchar a nuestro Pepito Grillo, pero las decisiones siempre serán finalmente nuestras. Me gusta la foto, inspira mucha tranquilidad.

Un beso. Cuídate! Te quero...^^

 
At 30/3/08 4:14 p. m., Blogger Lauryna said...

Me gusta la pic:) Es uno de mis ligaros favoritos , aunque no el mas bonito del mundo. Me gusta pasear por el.
Si debemos de hablar:), jueves a primera? sin aes...un cafe?:) besotes quierote

 
At 30/3/08 10:15 p. m., Anonymous Anónimo said...

La cosa está en tomar decisiones. Si te equivocas, mala suerte, pero peor es cuando engañas a la conciencia. Besos.

 
At 31/3/08 11:07 a. m., Anonymous Anónimo said...

Lo mejor de esa historia es el Pepito Grillo ;) No me enfado, tranquila. Es muy duro tomar decisiones, y aún más si te pueden repercutir.

Te apoyaré en lo que decidas.

Tenemos que ir a Gijón, acuérdate.

Te quiero mucho, y lo sabes.

Muchos besos.

XAU!!

-->ANYTA<--

 
At 31/3/08 11:00 p. m., Blogger Javier Pellicer said...

Las decisiones que tomamos son las que no definen, así que nos debemos a nosotros mismos ser sinceros con nuestro modo de ser...
Muchos besos, espero que tus problemas de salud se solucionen pronto y bien... seguro que sí, los corr-maniaticos somos gente dura de pelar...

 

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