31.12.06

12 campanadas

No ha sido una forma muy "bonita" la que tenemos de acabar el año en España con el atentado de ETA, que no sólo produce eso, un atentado, muertes y otra vez pánico, sino que es un paso atrás en la lucha por la paz, y ahora hay más de uno y de dos, absortos en su propia felicidad porque el diálogo al que se negaban ha fracasado.

Sí, debe de ser realmente satisfactorio, ¿no? A pesar de que haya dos desaparecidos (muertos, más bien) y unos cuántos heridos y a pesar de que volvamos otra vez a lo de siempre: bomba aquí y bomba allá. Da la sensación de que por mucho que unos queramos que esto se acabe, otros seguirán creyendo que es mejor que el gobierno fracase en todo lo que haga, para que en las próximas elecciones gané "su" partido y podamos volver a lo de siempre, que no es más que la guerra.

Ellos matan, y nosotros no lo hacemos. Ellos están en guerra con nosotros, y nosotros sólo nos empeñamos en que se acabe y en conseguir la paz, pero por supuesto, sin darles lo que quieren. Ese es el fin de año que se nos otorga, con manifestaciones en las que no se lucha por el fin de una banda terrorista, no, se lucha contra el propio gobierno, con banderas franquistas y a grito de "En mi nombre no negocies con terroristas".

En el nombre de muchas personas, Franco tampoco habría llegado al poder, pero al parecer son incapaces de mirar atrás o de pensar un solo momento que ya hay bastantes problemas en nuestro país como para que la propia población tenga las ideas enfrentadas contra una cosa en la que todos deberíamos participar. Y por favor, empiecen a vivir de una maldita vez en el presente y dénse cuenta de que ustedes también cometieron errores, o lo que es peor, ni lo intentaron.

Desde que era pequeña recuerdo que en mi casa se habla de esto, en realidad siempre se habla mucho de política y por eso quizás yo ahora estoy metida en ella. Es un mundo asqueroso, el caso es que lo sé, pero también sé que es la única forma de cambiar las cosas que van mal. Hace unos años, cada vez que veía un problema de este tipo que sucedía en España, siempre decía que me quería marchar de aquí, no sólo de mi barrio (que eso sigo queriendo hacerlo) sino del país porque me parecía estúpido luchar por algo que no tendría futuro, ya que quizás tan sólo una pequeña minoría quería luchar por ello.

No sé si he cambiado de opinión porque me he dado cuenta de que, si todos salieramos huyendo, esta gente conseguiría lo que quiere e inspirados por ellos, otra gente se revolucionaría también. Y eso no es lo que se llama una democracía ni un país siquiera. Por eso aunque sea un asco, me encanta la política, porque se puede ir controlando todo eso.

Seguramente avanzaríamos más rápido si se dejaran las banderas franquistas a un lado y empezaran a vivir en el presente, si no les gusta algo que luchen por ello pero civilizadamente y con razones, como adultos. Porque esto ya no es una dictadura y el poder de pocos que no son más que gritos, no controlará a toda la población.

De todas formas, cruzo los dedos para esperar que sea un problema interno y que las intenciones de tregua no hayan acabado (aunque la tregua en sí, porque no se negocia si no hay paz) y si eso, que acaben los unos con los otros. Ya me da igual como acabe esto, pero que se acabe.

Feliz fin de año.

29.12.06

Inocente

Hoy me he pasado medio día en la cama (por enfermedad, no vagancia) y he intentado pensar en una buena inocentada para gastar a alguien, porque una no se queda tranquila si no hace alguna trastada el día de hoy.

Y entre la fiebre, el aburrimiento y el frío que hace fuera pensé que no conseguiría gastar una inocentada a nadie. Y así, fui escuchando y leyendo durante todo el día diversas inocentadas que me hicieron reír, lo cual me provocó querer aún más gastar una broma a alguien.

Imaginaros el aburrimiento que hay que tener para leerse más de 200 páginas de Cumbres Borrascosas seguidas. Y tengo que añadir una cita de mi amiga Helen:

"Y que la tía ésta (Emilie Brönte) haya pasado a la historia de la literatura por esto (Cumbres Borrascosas, evidentemente)."

El año pasado casi me dio una parada cardíaca con una de las bromas de los Santos Inocentes referida a mi grupo favorito, en la que se suponía que se separaban. Pero este año ya estaba más preparada y ante la afirmación de que iban a componer con Alejandro Sanz y Gwen Stefani (que los respeto pero no, gracias) y se iban a dedicar a duetos extraños y música de salsa... Bueno, una qué más se puede esperar de un 28 de diciembre.

Y cuando creía que la fiebre podría conmigo y me iría a la cama y nada emocionante habría hecho yo para honrar a este día, se nos ocurrió (malévolos nosotros) la mejor broma que haya podido ver una humanidad tan cruel como nosotros, eso sí, dos horas antes de que acabara el día, con lo cual la broma podría haber dado mucho más de sí.

Queda claro que en el fondo somos buenos y que si hemos sido un poco crueles con la broma (no ha habido daño de ningún tipo, eso que quede claro también) es porque la persona en cuestión se lo merecía y porque una serie de no tan bromas que han venido sucediendo los días (y meses) anteriores a hoy nos ha provocado un poco. Porque nosotros en el fondo somos muy buenos, son los Santos Inocentes que sacan la chispa que hay en nosotros.

Y aprovechando que estamos muy poéticos (el que siembra viento recoge tempestades) y que los puntos débiles de la gente se nos dan bastante bien... Pues que disimular es muy bonito, que no es que me odie, es sólo que "no me lleva" y no es que no se alegre, tampoco se enfada, es sólo que "se alegrará si sale bien". Y claro, cuando es una broma, "no si yo ya lo sabía". A veces mataría por poder saber que hace la gente cuando se desconecta del messenger.

Y ahora hay gente que no dormirá y gente como yo que no podrá parar de reír hasta bien entrada la madrugada. ¡Feliz día de los Santos (o no) Inocentes!

27.12.06

Doble Juego

Simplemente no hay ganas de nada. Y mucho menos de razonar porqué lo de "siempre" se mete por medio, que a las cosas buenas te acostumbras pronto y las cosas malas son difíciles de acostumbrarse a tu vida. Aunque quizá sea que simplemente no hay que acostumbrarse a ellas, para que sigan siendo tan molestas como han sido siempre.

Las costumbres son también muy difíciles de cambiar y sobre todo si son malas y nadie se queja por ellas. Por eso al final acaba pasando lo mismo una y otra vez: las malas costumbres vuelven, todos nos vamos enterando, pero uno a uno y muy lentamente... Como si de verdad no supiéramos lo que ocurría ante nuestras narices (o mejor dicho, detrás de ellas). Y se piden explicaciones por todo aunque no se reciban y en el caso de que se reciban, son tan oscuras y falsas como las anteriores.

A veces la gente cambia de parecer sobre otras personas tan pronto como amanece o anochece un día cualquiera, sin previo aviso y sin razón alguna. Pero, a pesar de que no debamos, le buscamos la explicación, el perdón o la respuesta a nuestras preguntas sin contestar, y nos damos razones inverosímiles para simplemente acabar cabreados una vez más.

Todo esto juega una partida doble en mi vida ahora mismo. Y aunque una haya dejado de jugar en un lado del tablero hace mucho tiempo, vuelve a surgir en la partida irremediablemente, como si nunca la hubiera abandonado y como si, encima, fuera la desgracia que trae que un bando u otro pierda o se incline hacia una jugada concreta. Hay que abrir los ojos y darse cuenta de que si se deja una partida y se pasa a otra, se necesita demasiada concentración para la otra como para seguir prestando atención a otra ya ganada y olvidada por lo penosa que fue.

Una partida cerrada que ya sabía, la tenía muy clara y la odiaba desde hace mucho tiempo, pero una vez más se interpone en mi camino y en mis conversaciones que podían ser ajenas a todo y de hecho, deberían serlo. Ya que una partida acabada es una partida cerrada sin importancia alguna para seguir la vida. Y otra partida que siempre ha estado en marcha, que me sorprendió tanto que aún soy incapaz de entenderla, aunque pida explicaciones sin recibir más que respuestas sin sentido, pensadas rápidamente como contestación a una pregunta que no se esperaban.

Debería de haber un cartel que indica cuando las partidas están cerradas y cuando abiertas, y los movimientos prohibidos que hay en ellas. Porque sino, hay que mostrar el cáracter para sobrevivir en la "sociedad civilizada".

25.12.06

2007

Las Navidades siempre me deprimen un poco, pero sólo un poco. Supongo que simplemente partimos de que son lo que son, año tras año, aunque esté año me vea con muchas más fuerzas para combatir cualquier cosa que venga, que no será diferente de lo que se ha enfrentado a mí otros años en estas fechas.

Quiero creer que es porque el tiempo pasa y cambio, crezco y puedo con ello. De hecho, me enfrento a ello aunque luego salga un poco mal parada. Pero tal vez sea que este año sí que hay cosas que me hacen sonreír: esperanzas y sueños que realmente tengo para el año próximo o para los sucesivos, lo cual es un gran avance que no recuerdo de otros años.

De todas formas, los que de verdad disfrutan estas fiestas son los niños, y niños en mi familia hay unos cuantos. Soy la mayor y siempre lo he sido (normal), por lo que toda mi vida he estado con adultos (al parecer se nota) y creo que hay alguna relación entre esas cosas: que me encanten los niños y que haya pasado poco tiempo con ellos cuando tenía su edad.

Pues bien, adoro los niños y eso es fácil de ver ya que en cuanto veo un bebé me vuelvo loca. Y creo que la Navidad conseguirá tener algo especial mientras consiga ver a mi hermana pequeña ponerse medio histérica rodeada por todas partes de sus regalos. Lo que tiene ser la pequeñita, que regalos por decenas.

Si hay algo aún más clásico que la alegría de los niños pequeños en Navidad, son las abuelas. Esas personas que (al menos a mí) criaron a los nietos mucho más mimados que los hijos y que cuando les ven en estas fechas, lo único que saben decir es que siempre estás muy delgada, que nunca comes suficiente, que se nota que no duermes las ocho horas que deberías porque tienes ojeras (como si yo recordase cuanto hace que dormí ocho horas seguidas), que cuidado con los chicos y con Internet (mi abuela al menos está obsesionada con eso), que estudiar es importante pero que quien lo hace recibe su recompensa (dicho esto, te da la paga)...

Y, siendo las Navidades lo que son siempre, con las mismas conversaciones (tanto normales como incómodas), catar los vinos de mi abuelo, el árbol cargado de regalos, las cenas interminables de toda la familia que duran horas y horas y en las que quieras o no, comes demasiado... Esas cosas que nunca cambian, aunque yo tenga en la cabeza otras cosas volando.

Así que, simplemente, feliz Navidad.

22.12.06

Las vías de tren

Aunque lo que tiene planear las cosas es que luego nunca salen como quieres completamente, en algunos aspectos pueden salir incluso mejor de lo que se había planeado.

Hay que admitir que donde vivimos será una zona residencial muy bonita con sus parques, sus bibliotecas, polideportivos, centros culturales... y todo lo que tú quieras. Pero cuando de verdad quieres algo (como entretenerte todo un día en invierno, ir de compras, al cine...) tienes que coger un bus o un tren.

Puedes ir a uno más cercano (y más cutre, a diez minutos en bus), a uno un poco más lejano (bueno, no sé que decir de éste pero está a veinte minutos en bus) o al mejor centro comercial de todo Asturias, que queda bastante más lejos (a una media hora en tren y luego quince minutos en bus). Y como hay que cambiar y la ocasión lo merecía, pues eso fue lo que hicimos.

Cabe decir que estoy de obras en casa (no cambiéis ventanas en diciembre porque entre que las cambian y no te congelarás) y que hubo algún que otro incidente por la mañana que me amargaron un poco al principio. Pero al final lo logré.

De todas formas, los viajes en tren son fantásticos (es un método de transporte que me encanta) y el bus, bueno, el bus era tan cutre como en el que vamos a clase, así que ya estábamos más que acostumbradas a semejante traqueteo. Las más de 100 fotos que hicimos nos dieron para llegar a una conclusión: mi mejor amiga y yo créemos firmemente que a la gente a la que le atropella un tren es completamente idiota. Así sin explicar suena un poco raro, pero tiene sentido.

La razón es simple: un tren hace ruido, la vía prácticamente tiembla y se ven las luces (de noche más, pero de día también). No sé si eso pasa con todos los trenes pero al menos con los de aquí sí porque son un poco cutres. Bien, partiendo de que esto es así: ¿cómo puede atropellarte un tren? ¿No lo ves? ¿No lo oyes? ¿Pero para qué cruzas?

El caso, que a las 9 y mucho de la noche, en una estación de tren a unos cuantos kilómetros de casa, se nos ve gritando "¡qué te atropella el tren", es porque tanta foto y tanta cámara (porque no teníamos una sola) nos ha convertido en extranjeras y fue: "No sé si es porque, con tanta foto, ya parecemos guiris o qué, pero podría hasta a atropellarnos el tren".

Un día increíble, segunda noche que llego a casa un poco más tarde de "lo acordado" (de eso que se sabe pero como no se dice se puede dejar de saber tan rápido como se aprendió) y segunda noche que me parece que la hora de llegada es demasiado pronto.

¡Feliz cumpleaños Kai!

Photobucket - Video and Image Hosting

21.12.06

En cristal

A veces creo que vivo dentro de una cajita de cristal que me separa de las personas de mi alrededor. Puedo verlas y oírlas, e incluso hablar con ellas, pero no puedo tocarlas. Sé que es una metáfora un poco rara ya que realmente el contacto físico no es lo que me trae de cabeza en las relaciones de las que hablo. Yo no he construido esa cajita y por más que intento destruirla, a veces su existencia se hace más profunda sin que yo sepa el porqué o qué hacer para que desaparezca.

Quiero decir que, en ocasiones, siento que hay algo que me separa de algunas personas y que, por mucho que yo golpee o intente destruir ese cristal, nunca se rompe y ni siquiera tiembla. Es una sensación bastante incómoda ya que no me gusta nada de nada que ese cubículo transparente exista, pero es aún peor cuando preguntas qué pasa y porqué un día todo cambia y se te contesta diciéndote que esa caja irrompible en la que piensas en los malos momentos, existe de verdad y que al existir y no tener ellos una propia, ya no les gusto tanto.

Es curioso, creo. Llevaba toda la semana pensando en esto: en si de verdad esa cajita existía, en que podía hacer yo para que no se notara o para que la gente se olvidara de ella, para que incluso yo me olvidara de ella. Pero no es cosa mía, siempre ha estado ahí y por alguna razón u otra la gente se acaba dando cuenta de ella.

También he estado pensando en los porqué quiero que pase todo tan rápido. Porqué lleno cada segundo de mi tiempo con mil y un actividades diferentes, para llegar a agobiarme hasta límites insospechados aunque sea decisión mía y aunque al final lo saque todo adelante.

Todo el mundo quiere huir de algunas cosas, yo quiero huir de muchas y olvidar otras tantas. Y para hacer ambas el tiempo es mi principal obstáculo. Pero aunque no lo parezca, de verdad que a veces miro el reloj y lo dejo encima de la mesa para olvidarme de él y de todo lo que me indica, por unas cuantas horas.

Esas horas que podría haber usado para otra cosa que para pensar en lo de siempre, en lo que luego la gente de mi alrededor me confirma, en lo que todos sabemos pero nadie me dice. Aunque a veces penséis que no me doy cuenta porque no os digo nada, no es así. Si la caja de cristal existe para unas cosas también lo hace para otras mucho más prácticas.

Me frustro yo misma pensando en lo poco que estoy escribiendo últimamente, ya que es una de mis principales pasiones (no sólo el blog, claro). Pero tampoco colabora mucho que cuando pienso en algunos de los miedos que me aterran o en los problemas a los que me enfrento, venga mi yo en miniatura a demostrarme una vez más que realmente lo es, porque no sé si quiero que lo sea por su propio bien.

Así que me voy a sentar, voy a dejar de golpear mi cajita de cristal y me voy a crear un hogar dentro lo más confortable que pueda, ya que nunca conseguiré romperla ni hacerla invisible.

17.12.06

Hola de nuevo

Cuando eres pequeño normalmente tienes un grupo de amigos que por alguna razón, siempre se acaba dispersando aunque no sea mucho. Tal vez solamente es una persona la que se va y por esa deserción y el paso de los años, en ese grupo entra tanta gente que al final no recuerdas quién y quién no estaba al principio.

Luego te vas olvidando poco a poco de esa gente que se marcha, porque haces nuevos amigos y tienes una vida totalmente nueva. Pero en algunos momentos, cuando hablas con tus amigas de toda la vida, surge esa otra personita y resulta que todas nos preguntábamos qué sería de ella, dónde estaría y qué tal...

La semana pasada, aún no sé cómo porque supongo que con la emoción se me fueron todas las dudas, mi amiga Raquel, a la que conozco desde los dos años, me dio el email de esa amiga que se había marchado de nuestro barrio y de nuestro grupo. No sé como lo consiguió pero tengo ganas de averiguarlo.

Cuando piensas en si volverás a ver a una persona algún día, piensas en si te la cruzarás por la calle y por alguna razón os reconoceréis, o si en una fiesta ambas seréis invitadas..., cosas así, nunca esperas que realmente haya algo o alguien que te dé un medio para contactar con ella.

Esta tarde he hablado con María otra vez, hacia unos 8 años que no sabía nada de ella, ni ella de mí. En esos 8 años puedo asegurar que ambas hemos cambiado mucho. Cambiamos cada año y cada mes, así que 8 años es una eternidad en nuestras cortas vidas.

No sé si es que da un poco de corte tener que contar toda tu vida en un momento, porque ha pasado tantísimo tiempo que ya no sé sabe nada la una de la otra, pero me he alegrado de poder hablar con ella otra vez. Hemos hablado de volver a vernos, del grupo de antes, de nuestras vidas de ahora...

Espero que el volver a verla se haga realidad aunque no depende sólo de mí porque me parece importante no perder del todo los recuerdos de la infancia, al menos los buenos. Porque son necesarios para seguir avanzando.

Éramos amigas y éramos enemigas, estábamos todo el día discutiendo por tonterías y compitiendo a ver quién sacaba las notas más altas o quién hacia las cosas mejor, pero también jugábamos y pasábamos mucho tiempo juntas. No éramos más que unas enanas que se conocían de toda la vida.

Cuando ella se fue de mi colegio, recuerdo que mi profesora me dijo entregándome un examen: "Ahora que María no está y no tienes con quién competir, has dejado de esforzarte." Pero no, no ha sido exactamente así.

13.12.06

De dos en dos

Los anuncios pueden ser muy buenos o muy malos. Algunos son tan buenos que sólo recuerdas lo que pasa o la canción, sin recordar el producto que intentan vender. Y otros son tan malos que tan sólo piensas que clase de publicista ha hecho semejante anuncio, aunque de esos sí que te acuerdas del producto que intentan vender así que quizás sea una técnica que aún nos es incomprendida pero con mucho futuro.

De todas formas, en los anuncios buenos suelen destacar las canciones. Canciones pegadizas que la gente se pasa meses cantando voluntaria o involuntariamente. La actual: los animales de dos en dos.

Que parece una tontería de canción, pero engancha y se pega con demasiada facilidad. Luego no hay quien se la saque de la cabeza.

Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah! Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah!
Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah! Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah!
Los animales de dos en dos, el alce y la vaca diciendo adiós.
Se metió en el arca y al chaparrón venció.
Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah! Los animales de dos en dos, ¡uah! ¡uah!


No comments

Hay cosas que no es necesario comentar más que una imagen y un pequeño titulo:

Photobucket - Video and Image Hosting

Crean una camiseta que permite recibir abrazos virtuales de tus amigos a través de Bluetooth

12.12.06

1000, 1001, 1002...

No poder dormir provoca varias cosas a parte del dolor de cabeza que tengo hoy. Una de esas cosas es que en un intento de entretenimiento hasta que el sueño se decida a venir es pensar en todo.

Ya que creo firmemente que lo de contar ovejitas no sirve para nada, es más, a mi me estresa imaginarme las ovejitas saltando una tras otra la misma valla de color blanco, es como un déja vu rallado, pienso en otras cosas.

Bien, voy a dejar de divagar y centrarme. En ese curioso intento por quedarme dormida me he puesto a mirar el diseño de mi cuarto y me he dado cuenta de que estaría bien renovar alguna cosa y con esto no quiero decir que vaya a quitar uno de los cincuenta pósters que tengo de The Corrs, porque no, esos son inamovibles.

Estaría bien, por ejemplo, quitar el de Brad Pitt en sus años jóvenes y de cuando yo pensaba que era un gran actor (el físico que se llevaba la mente) o esos de Buffy, cazavampiros de cuando mis amigas y yo no teníamos nada mejor que hacer que ver series raras en la tele.

Y luego he visto mi póster de Matrix. No sé si todos los que leáis esto habéis visto Matrix pero ya es un clásico dentro de las películas de ciencia ficción, al menos la primera.

Viendo todas estas cosas que ya, no es que no me gusten, pero simplemente no me parecen tan interesantes como antes, me pregunto porque no las habré quitado ya. Supongo que a veces apetece recordar cosas de tiempos pasados cuando todo era mucho más sencillo. Como cuando miras a alguien de quien te gustaría olvidar muchas cosas y te repites a ti misma: "¿pero por qué?" Cosas incomprensibles.

La conclusión, definitivamente tengo que redecorar mi cuarto: quitar pósters, vaciar un poco la corchera antes de que reviente y se caiga todo por el suelo, esconder o perder por accidente algún que otro cuadro de esos con muñequitos y tu nombre cosido con letras de mil adornitos que tu madre no te deja quitar porque dice que le costó mucho trabajo hacerlo y que le recuerda a cuando entraba en tu cuarto sin tener que pedir permiso (épocas de poca privacidad).

Y como segunda curiosidad, llevo así tres noches así que me pregunto que divagación se me ocurrirá la próxima. Visto lo visto, es difícil dormir. Y es que ni contando: uno, dos, tres... ¿Si a las 1000 no se logra vuelves a empezar o sigues desde ahí?

8.12.06

El día clave

Un día por estas fechas es el típico día en el que las personas sin tiempo (es decir, yo) hacen todas las compras de Navidad que la gente con tiempo (es decir, no conozco a nadie, creo) hacen en una semana. Hoy ha sido ese día para mí.

El plan es salir por la mañana y empezar las compras, comer por ahí y seguir las compras, tomar un café (en este caso dos) y continuar con las compras y finalmente cenar e irse para casa porque ya no tienes ánimos ni para acabar las compras.

Además hoy ha sido el típico día en el que se aprecia el buen tiempo de esta zona (que nos ha acompañado todo lo que va de puente para que yo sea una buena chica y me quede en casa estudiando, pero es que ni por esas) y me ha dejado como recuerdo toda la ropa mojada y el pelo como si acabara de salir de la ducha.

Es el día en el que podrías hacer las estadísticas de la gente por metro cuadrado que se encuentra en cualquier supermercado o centro comercial en unos 50 km. a la redonda. Pero nadie se pone a pensar en el aspecto económico que eso podría suponer en el caso de proponerse hacerlo, ya que sólo se tiene ese día para comprar todo para todos.

Y hoy, como no, es el momento en el que la tarjeta de crédito acaba pidiendo a gritos que la dejes en paz. A la mía en realidad creo que le faltan unos tres euros para morirse, pero no la dejaré descansar en paz por mucho tiempo.

Lo malo de que las familias grandes (como la mía) se junten en Navidad es que al final, por mucho que digas que no, llegas a la conclusión de que todos regalan a todos y eso trae como consecuencia muchos gastos. Afortunadamente, una ya se conoce el plan y estaba preparada.

Cabe decir que el regalo más caro que he hecho es para mi hermana. Ya que no la dejan tener una mascota por falta de tiempo (curiosa respuesta) para cuidarla, la única solución que se me ocurrió fue la de una mascota que haga exactamente lo mismo que una de verdad, pero que vaya a pilas. Sonando así parece extraño, pero creedme, esas cosas ya existen, y son bastante caras...

No creo que haga ninguna gracia que el perrito se ponga a llorar por las noches porque quiere mimos, pero siempre queda la solución de coger un destornillador y quitarle las pilas.

Suerte con las compras.

5.12.06

Correos

Esta mañana he mirado el buzón como un día más en todos estos meses/años en los que llevo recogiendo las cartas del buzón, y sólo he encontrado un papel amarillo que ponía Correos.

El primer momento pensé que era una cosa que realmente no es y que llevo esperando bastante tiempo, o uno de mis pedidos por Internet. Pero no, era un aviso de como podías ayudar a Correos y a tu cartero, ¡porque resulta que hace (no sé cuando) 250 años del nombramiento del primer cartero!

Ya hace 250 años que una persona se puso una de esas camisas amarillas y empezó a repartir cartas, facturas etc. con un carrito de la compra, qué tiempos aquellos... (estoy en modo irónico rememorando el pasado).

Bien, desde entonces, Correos ha ido creciendo, mejorando y contratando más empleados. Con ello también ha ido aumentando los envíos perdidos, los retrasos y el aumento de precios... Ante todo, se nota que estoy orgullosa del servicio de Correos español (o al menos de mi barrio).

En el panfleto ponía: "Para tener un servicio postal más rápido, eficaz y seguro ESCRIBE SIEMPRE EL CODIGO POSTAL EN TUS ENVIOS. SIEMPRE con negrita."

Yo creo que desde pequeñitos, cuando estabas en el colegio y te enseñaban a escribir cartas poniendo el "Para mi amigo:" y a parte, también te enseñaban como rellenar un sobre. ¿Y que teníamos que poner? Tu nombre completo (sí, los apellidos también), tu calle, tu número de portal y tu piso, con letra y escalera incluida, el nombre de tu ciudad o barrio y... ¡sorpresa! ¡El código postal! Eso en el remite, y luego lo mismo pero para quién va, ¿dónde? En la otra cara del sobre.

Por muy pocas cartas que mandes, por muy pocas cartas que recibas etc. yo creo que aún llegarás a acordarte de lo mínimo que se te pide para poder cumplimentarlo correctamente. Que si se sabe rellenar la solicitud para una hipoteca, esto también.

Pero no hay nada que decir, así que feliz 250 aniversario (Mozart se sentiría orgulloso si hubiera nacido al año siguiente), cambiar el uniforme y las motos, mejorad el servicio. ¡Y recordad a vuestros "clientes" poner el sello!

Correos



"Nueva gama tintes L´Oréal pelo fusión, color nº58 óxido vías del tren: porque ella lo vale y escribe un libro. Porque, como ya se sabe, hoy en día publican cualquier cosa."

3.12.06

Expediente Ly

No es que nos copiemos, o que en alguna ocasión pensemos lo mismo: es que a veces creo que nos parecemos demasiado como para que sea todo curioso o coincidencias. Esto ya es más que inquietante.

Si me pasa algo a él ya le ha pasado, si escribe some un tema yo ya lo he escrito antes con la misma opinión, si vemos algo decimos lo mismo y tarde o temprano nos damos cuenta de las mismas cosas.

Yo ya no sé porque pasa esto, sería interesante investigarlo porque es "demasiado raro" (incluso para nosotros). Así que, ¿le pasarán a él cosas que a mi ya me han pasado? ¿Escribiré de cosas que ha escrito? ¡Esto es una locura!

Son cosas inexplicables de la vida. Tengo muchas cosas en común con alguna gente, pero esto no son "cosas en común", son "cosas plagiadas".

De todas formas, este está resultando un fin de semana muy, muy largo para ambos. Y resulta que sólo quedan 3 horas para mañana, ¿por qué creería yo que 4?

¿Será cosa de los pensamientos ridículos que nos asaltan a todos alguna vez?

De todas formas, siempre hay frases que cautivan: "No sé cómo me has cautivado"