Hoy es Halloween: una fiesta nacional de Estados Unidos que la globalización nos ha extendido, aunque donde yo vivo no está lo suficientemente extendida para nosotros, tan sólo hay actividades o talleres nocturnos (de tarde/noche) para los niños.
Nosotros tenemos Carnaval, aunque nunca sobra el tiempo para vestirse con algo extravagante y hacer un poco el friki por ahí, que desestresa mucho y en estos momentos vendría bien. Además, así hubiéramos podido volver a usar los trajes de Carnaval, que para eso nos solemos vestir de cosas oscuras, tenebrosas y... con dientes o tridentes de plástico.
Con motivo de Halloween he visto un anuncio en varias cadenas anunciando programación especial, así que yo voy a poner una canción especial con un videoclip que, al parecer, es tenebroso (no gore, por supuesto). La canción es de The Cardigans y me encanta, sobre todo por su letra.
Este grupo tiene un estilo muy particular que cambia en cada uno de sus discos ya que les gusta mucho experimentar con su sonido. Esta canción en concreto es del último álbum (Super Extra Gravity) y es la "balada" del álbum con un toque rockero. La canción es Don´t Blame You Daughter y aquí os dejo el videoclip (destaca el momento de silencio en el que se oye el latido de un corazón).
No sé si realmente merece la pena hablar de ello, pero entre que me lo han pedido y que tengo una visión que creo no haber hecho pública nunca, voy a hacerlo. Este post pretende ir de la discriminación positiva respecto a una experiencia que he visto recientemente. Cuando digo discriminación positiva no me refiero a la discriminación positiva de sexos, sino de razas.
Entiendo lo que significa la discriminación positiva y, la misma palabra lo dice, ha de ser positiva. Pero yo me pregunto porqué unas personas que, a pesar de tener una raza diferente (no me gusta nada usar el concepto de raza aunque sea correcto porque da una sensación racista con la que no estoy de acuerdo en absoluto, así que de aquí en adelante usaré grupo étnico), no precisan una discriminación positiva de ningún tipo ya que tienen las mismas oportunidades que los demás.
Los grupos étnicos a pesar de haber emigrado de otras partes (aunque este grupo está asentado en nuestro país desde hace muchísimos años) quieren conservar su cultura, y eso me parece perfecto siempre y cuando cumplan unas normas. Por ejemplo, sacar del sistema educativo a las niñas con 14 años para casarlas no cumple las leyes del país en el que viven, a parte de que no es muy ético que, en pleno siglo XXI, las propias chicas no puedan elegir lo que quieran. No considero que sea necesario nombrar al grupo étnico del que estoy hablando, porque puede que haya más de uno.
Al considerar que estas diferencias culturales o sociales que ellos mismos promueven y que se niegan a perder a pesar de que el resto de la sociedad no las considere aceptables en todos los casos, creemos que precisan una discriminación positiva para adaptarlos. El problema es muy sencillo: no se puede intentar ayudar a quién cree que no necesita ayuda y no se puede cambiar a quién se niega a ser cambiado.
La conclusión que yo saco de esto es que la discriminación positiva en este caso es una auténtica perdida de tiempo ya que no existe una discriminación negativa por el propio hecho de ser un grupo étnico diferente al mayoritario, sino porque sus actividades perjudican en cierta manera o contradicen leyes del país residente. El sistema no es el que ha de adaptarse sino ellos al sistema.
Estas diferencias (destacando el plano educativo que es de donde vienen mis ideas para este post) no hacen más que beneficiarles para continuar con su inadaptación en la que no están para nada interesados, y perjudicar a otras personas que, a pesar de no pertenecer a una minoría étnica de ningún tipo, quizá sí que precisen más ayuda.
Espero que a nadie se le pase por la cabeza que soy racista, ni que estoy celosa ni nada parecido ya que a mí, realmente, esto no me afecta. Pero si en la realidad que veo a mi alrededor, con gente llevándose "honores" que no merecen por el simple hecho de pertenecer a esa minoría y a otros que, por no pertenecer a alguna, no podrán tener acceso a lo que desean.
Este es un artículo de opinión que escribí el pasado fin de semana para un análisis de la novela "Historia del rey transparente". Es el texto que cierra el trabajo y me gustó bastante cómo quedó así que os lo dejo aquí:
"Las novelas de pseudo-historia están de moda. Eso nadie puede negarlo. Tras la publicación del Código Da Vinci las librerías se llenaron de libros que desvelan secretos religiosos y ahora, tras la publicación y el éxito de un libro importante en el tema de la pseudo- historia como fue “Los pilares de la tierra” de Ken Follet, las librerías vuelven a llenarse de libros que intentan mostrar las vidas de unos u otros en los oscuros tiempos de la Edad Media.
Como suele ser, las “copias” nunca son lo suficientemente buenas como para ocupar el puesto de la que les brindó la idea. Así, por muchas novelas de pseudo-historia que surjan, ninguna habrá como “Los pilares de la tierra”. Ya pueden relatar la construcción de una catedral, el amor a una Virgen (“La catedral del mar” de Ildefonso Falcones) o, en este caso, la lucha de una mujer contra la sociedad establecida, para sobrevivir, que lo verdaderamente importante en estos libros son y serán siempre sus personajes.
Hoy en día, dejando de lado unas pocas excepciones, los verdaderos métodos de construcción de catedrales en el siglo XV no interesan, así como tampoco la Corte de la reina Leonor de Aquitania con sus muchachas cosiendo y cotilleando, sino los personajes que estaban allí y que murieron allí. Interesan más las guerras, los amoríos que de ellas o por ellas surgen, las luchas de poder entre los privilegiados y los no privilegiados o las crueles quemas de los Inquisidores que, en más de un libro, acaban probando su propio fuego, textualmente.
Eso es la pseudo-historia, que puede llegar a ser magnífica bien contada, con sus personajes vivos y pensantes, transmitiendo las ideas de aquellas personas que tan sólo podemos imaginarnos otorgándole mucha imaginación, con sus religiosos deseantes de prender piras con herejes dentro y con una vida en la Corte que a pesar de sucia, cruel y ante todo, clasista, atrae irremediablemente a los lectores.
Estos libros son una forma entretenida y muy interesante de aprender historia, así como de leer una novela. Pero siempre hay que encontrar la calidad dentro de la cantidad. Así, un libro como “Historia del rey transparente” puede entretener con sus casi 600 páginas y no devolver nada a cambio con su lectura, no teniendo porque estar mal contado ni mal informado, sino todo lo contrario. Mientras que un libro de más de 1100 páginas que asusta y pesa bajo el brazo, como es el caso de “Los pilares de la Tierra” puede embarcar al lector en una aventura que no olvidará y que le hará, ante todo, pensar. Pensar y vivir la historia."
Un día duro, pero aquí seguimos. Y... Happy Birthday Kelly!!
Mi memoria huele últimamente. Sigo siendo un desastre, tremendamente organizada para algunas cosas y muy descuidada para otras. Así mi habitación en las últimas semanas es un caos, llena de libros por todas partes, más ropa de la que debería haber tirada por el armario, demasiados cds agolpándose encima de la cadena de música y yo sentada en mi mesa gigante (ocupa toda una cara de la habitación, ya que en la esquina está el ordenador y la otra parte es para estudiar) un poco estresada como siempre.
Debido a mi desorganización de vida por falta de tiempo, no por querer tener las cosas hechas un desastre, voy descubriendo pequeñas cosas que me hacen recordar otras muchas, tan sólo por el olor.
El otro día encontré un jersey en la parte alta de mi armario que no me ponía desde julio (en Irlanda, claro) y cuando lo cogí, me recordó tremendamente a un día especial en que me lo pusé allí. Olía igual. También encontré una barra de brillo de labios rosa con un olor muy característico, que me recordó a los domingos en la discoteca, a mi compañera de cuarto sin saber qué ponerse y a mí maquillándome en el pequeño espejo de nuestro inmenso cuarto.
También encontré mi libreta de ejercicios de mis clases allí, así como la que viene a ser un diario con todos mis pensamientos durante aquel mes. Las libretas de Irlanda no son como las de aquí: huelen diferente.
Hay muchos olores que, desde que volví, van apareciendo y me recuerdan a Irlanda. Una colonia que llevé y que agoté allí porque olía a chocolate y la echábamos por toda la habitación. Compré otra igual cuando volví.
Sé que soy capaz de recordar casi todo lo que he hecho siempre y cuando haya algo que me haga recordarlo. Eso me pasa con estos olores. Que me recuerdan cosas que tenía enterradas en la mente y me encanta.
Le dedico este post a mi bixito, que le echo muchísimo de menos y nunca coincidimos para hablar porque soy un desastre o ya no sé porqué. Él ya sabe porque los olores son especiales, especialmente en una blusa azul.
No me lo puedo creer. No puedo dejar de darle vueltas. ¿Pero por qué? Es la mayor tontería del mundo y porque se me pasó lo es aún más. Cuanto más me diga todo el mundo que no merece la pena y que lo olvidé más me cabreo conmigo misma por ello.
Hoy me dieron un examen de griego. De esos largos, eternos, de páginas y páginas escritas con mi diminuta letra casi sin márgenes y corriendo. A pesar de eso, NUNCA cometo faltas de ortografía. Es decir, siempre se te puede pasar alguna en un caso, pero en los exámenes presto especial atención a ello, como es lógico.
Pues bien, mi examen tenía un 9,85. Qué bien, qué feliz... que frustrante cuando debajo pone menos 0,5 por ortografía. 0,25 menos por cada falta, como siempre. Ahí me quedé pillada y no quiero imaginarme mi cara, pero lo mejor fue cuando la miré a ella y me dijo: "Y no me preguntes que porqué".
Claro que después de escribir tropecientas mil veces en el examen la palabra Grecia que en la última frase del último ejercicio le ponga eso en minúsculas no tiene mucho sentido. Y la otra falta..., exactamente lo mismo. Fallos sin sentido que me hacen bajar la nota, no mucho pero lo suficiente como para que me cabree.
Y ya lo ha dicho. Llevamos poco más de un mes y ya me ha tenido que decir que soy demasiado perfeccionista y que eso no es bueno. He perdido la cuenta de la gente que me dice eso, sobre todo profesores, cada año. A ella le ha tocado hoy. A mi me ha tocado hoy frustrarme por semejante tontería, que soy consciente de que lo es, pero como fastidia.
Sí, soy tremendamente perfeccionista como para volver loco a alguien y también soy muy ambiciosa. Promesa para mi misma: en el próximo 10 y revisar toda la ortografía 3 veces antes de entregar. No sé como, porque después de dos horas de examen a ver quién tiene la cabeza para andar mirando tildes y mayúsculas/minúsculas.
Es pequeña porque es obvia. A veces vale más callarse. Pero si te callas muchas cosas puedes explotar. Eso es lo que me ha pasado a mí hoy. Luego te arrepientes mucho de hacerlo, pero ya lo has hecho.
Si me pinchan grito y lo que es más, ataco. Lo hago de la mejor forma que sé. Casi siempre funciona. Pero a veces no sabes porqué tu cerebro olvida que eso es algo que es mejor no contar, aunque te lo nieguen en tus narices y tu puedas liberarte, soltarlo y sonreír.
Ser sincera por crueldad a veces es fantástico. Pero no sabes cómo puede reaccionar la única neurona de esa persona. La propia verdad se vuelve contra ti. Nunca quiero que se sepa y yo misma soy la culpable de mi estúpidez.
Ahora es cuando toca callarse y sonreír de verdad, porque la mentira de hacerles no creer en esa verdad, es mi mejor defensa. Me gustaría poder estar rodeada de quién yo quiero, pero no es así. Sólo me apetece dormir.
El post, como no, va de Fórmula 1. Es el tema del día y aunque no sea mi deporte favorito (espera, que yo no tengo de eso) pues hay que escribir de ello, que todo el mundo lo comenta y yo no voy a ser menos, porque también tengo una opinión.
Ganó Kimi. Soy Raikkonista. Así que soy feliz. Ayer tuve un día maravilloso y eso sólo contribuyó. Perdió Alonso. Porque perdió, ahora que no me vengan con "sigue siendo el ganador en nuestros corazones". En los corazones lo que tu quieras pero en la realidad del mundo perdió y se acabó. Y claro, Hamilton ya... pues olvidémonos del hombre. ¡Si quedo Heidfeld por delante de él! ¡Si ni siquiera sé si el apellido se escribe así!
Y os preguntaréis: ¿por qué soy Raikkonista? Vivir en Asturias no me influye, como podéis comprobar, para nada, porque elegir por un nacionalismo en vez de con razonamiento me parece una tontería y porque es mi opinión. Al igual que es una realidad que Alonso es un egocéntrico que nunca tiene la culpa de no haber ganado.
Yo no digo que este año no lo haya pasado mal, porque le han fastidiado bastante en muchos aspectos, pero sigue igual de creído que el año pasado. Y lo que es aún mejor: no hay quién vea una carrera por telecinco. Odio a Lobato.
Los informativos tienen que ser objetivos. Más o menos objetivos dependerá del canal y de cosas así, pero si hay una carrera y están a 2 vueltas del final que acepten ya que Alonso no va a ganar y en vez de seguir diciendo "aún puede adelantar, aún puede adelantar" que informen de otras cosas que están sucediendo en la carrera, de otros pilotos y otras situaciones. Ese deporte no se reduce a Alonso, existía antes que él y seguirá existiendo después.
El periodismo cuando se vuelve así de nacionalista me agobia. Estoy por ver - los cachos de - las carreras vía satélite por algún canal neutral (si es que eso existe). ¡FELICIDADES KIMI!
Que aunque te llamen el hombre de hielo (a ver, es de Finlandia, ¿qué esperáis? ¿Qué se vaya de fiesta y duerma la siesta?) bien feliz que estabas ayer.
Hoy este blog cumple un añito. No me puedo creer que ya haya pasado un año desde que Bitácoras me dejó colgada y me vine aquí entre agobiada y cabreada.
Un año poco productivo en cuestión de número de post (sólo 136, incluyendo éste), pero es que cuanto más tiempo pasa más cosas tengo que hacer. Es de una lógica aplastante. Pero un año bastante interesante en número de visitas (4.443 en total de las cuales, como es lógico, el 93,3% provienen de España) y creo que en temas y opiniones ha mejorado también muchísimo desde mi anterior blog.
Así que este es un mini-post de celebración y de agradecimiento a toda esa gente que lee lo que escribo, desde hace poco o que las sigue desde hace mucho (aunque parezca imposible esas personas existen). Espero muchos comentarios diciéndome qué os parece que, después de todo este tiempo en el mundo blog (sumando los dos anteriores llevo un rato largo ya), siga aquí.
Como regalito, no hay foto de tarta, sino de trufa, porque me invitaron, porque me he vuelto adicta y... porque me encantan.
Como dijo Helen (a la que nunca perdonaré por tener una dirección de blog tan sumamente larga) hace un año en el primer post de este blog : "Esto de contar tus paranoias te encanta..."
Ayer fui a ver la película de "Las 13 rosas" y lo que nos costó porque los cines de aquí cerca no la habían estrenado. Al final acábamos en Oviedo, pero según nuestra agenda y nuestro plan era el único día que podríamos verla.
La película, para todo el que no lo sepa, cuenta la historia de 13 chicas, la mayoría menores de edad, que fueron fusiladas por sus ideales republicanos cuando se estableció la dictadura de Franco. Aunque este no es el caso de todas ellas, ya que algunas sólo estaban en el partido para participar en actividades como deportes o clases de baile y, una de ellas, ni siquiera tenía nada que ver con un partido político determinado.
Con este tema ya se deduce que es una película española y es probablemente la mejor película española que he visto (no me gustan mucho en general). La película está perfectamente ambientada y es muy realista. En ocasiones es demasiado dura y triste, pero no se puede esperar que hagan algo que no lo sea de un tema así. Se nos acabaron tres paquetes de pañuelos entre dos personas...
Se ha estrenado el viernes así que todo el que quiera aún está a tiempo de ir a verla. Dura algo más de dos horas pero se pasa prontísimo (al menos a mí, porque Ana no paraba de darle a la lucecita del reloj para ponerme cardíaca) y merece la pena recordar algo así para tener algo de memoria histórica y no volver a caer en las mismas estupideces.
Sólo falta que alguien me pregunte porqué soy de izquierdas y republicana: porque algunas de esas chicas tenían mi edad.
No entiendo mis apuntes de filosofía. Y no es que entienda mi rápida letra de copiar apuntes que están escritos en medio mensaje de texto para el móvil, medio lengua castellana, sino que no tienen sentido. Tampoco es que no entienda los conceptos porque, afortunadamente, el año pasado me convencieron para estudiar Biología aunque este año haga letras puras y lo tuviera muy claro. Pero ahora lo agradezco, porque la teoría de la evolución es algo muy conocido que es probable que me salve de sacar un aprobado justo en los exámenes de filosofía.
Estas clases son un desastre. Sabía que odiaría esta asignatura porque no me gusta nada el aspecto de seres lentos y pensativos que le dan mil vueltas a todo. Yo también le doy mil vueltas a todo y pienso muchísimo, pero soy más activa. Por favor, que los filósofos poco más y echan raíces al suelo (menos los que van en bicicleta en tren, claro...). Sabía que las odiaría, pero no me imaginaba que me tocaría un inepto para dar clase. Una persona que se lleva la Biblia bajo el brazo y que dice que su novela favorita son textos de Platón (mucho más lógico que llevar la Biblia bajo el brazo teniendo en cuenta que está "hablando" - a veces no sé si habla o no porque no me llegan los sonidos producidos por su boca - de evolución).
La gente nos pregunta qué tal y sonrió y digo: "muy bien... y muy mal". Es que no hay termino medio. Hay clases a las que todos (o casi todos) vamos felices, nos reímos un montón y a pesar de la montaña de deberes que nos manda, nos lo pasamos bien. Y hay otras en las que soltamos el tipo de comentario de "Pfff, ahora toca...". Sin embargo, estoy convencida de que no es la asignatura en sí sino el profesor. Pero yo entiendo que, al igual que para los profesores unos alumnos son preferibles a otros, para nosotros son unos profesores preferibles a otros, así que toca aguantarse.
Aguantándonos va pasando el tiempo que nos acerca ya a los temidos exámenes de noviembre y, mientras tanto, todos vivimos con la agenda constantemente bajo el brazo. En nuestras agendas está nuestra vida: qué actividades tenemos hoy, de qué asignatura tenemos deberes, fechas de entrega de trabajos, las obligaciones en casa, ensayar esto o aquello, llamar a no sé quién para felicitarle en su cumpleaños, buscar este libro en la biblioteca..., y, lo más triste de todo: este fin de semana haremos esto y el siguiente esto, para dentro de tres fines de semana quedamos para ir al cine, yo dentro de un mes quiero ir a este pub el sábado... Poco a poco organizándolo todo y poniéndolo en la agenda para darnos cuenta de que tenemos organizados los fines de semana y la vida en general de aquí a enero. Para empezar el año nuevo organizándolo todo otra vez.
Hoy me han recordado una estúpidez que dije hace algunos años. La clase de comentario que se queda grabado en tu mente aunque no haya tenido una verdadera importancia en tu vida, sino simplemente porque hay algo ahí que no cuadra, y lo sabes. Sabes que no sabes porqué dijiste aquello...
Sé que me lo ha recordado como una pequeña anécdota y que lo ha dicho sin animo de ofender, ya que se ha guardado el comentario y sólo ha recordado la ocasión. "El comentario lo guardo para nosotras en la intimidad, que no os importa". Cuando pienso en lo que este mes me ha hecho cambiar de parecer me asombro. Estuve años equivocada respecto a una persona por una simple contestación que en el fondo sé que me merecía.
He pensado muchas veces porque fui borde contestando y verdaderamente no encuentro la respuesta. O sí, que era una cría muy dada a no pensar lo que decía. Por alguna razón, a pesar de no haber hecho daño a nadie excepto a mi misma, cada cierto tiempo me venía ese momento a la cabeza y, bien porque estaba avergonzada o sabía que ya no tenía solución olvidaba el pensamiento desagradable de unos meses geniales y a la vez muy duros.
Creo que tal vez esto me ha impactando tanto porque vuelvo a estar en la misma situación: a veces todo es genial y sólo quiero sonreír y divertirme y otras mi mundo se vuelve muy gris, casi negro, y me pongo a pensar. La misma persona con la que tuve aquella conversación hace ahora cinco años estaba delante de mí, sonriendo y a mi parecer mucho más encantadora que aquel entonces, recordándome aquello como un simple comentario que a mí, como tantas otras cosas me hace pensar.
Me gustaría haber dicho en ese preciso momento, esta mañana, que yo también recordaba aquel mes, aquel día y aquella contestación. A pesar de que ella sí recordaba dónde me sentaba, con quién y cómo era, yo soy incapaz de hacerlo. Cuando recuerdo aquello me veo a mi misma como soy ahora y las cosas no eran así. Me gustaría poder decirle que lo recuerdo, que fue una auténtica idiotez y que me arrepiento a pesar de no tener ninguna importancia y que he demostrado con creces que he cambiado de opinión.
Sé que no es imposible que haga todo eso, pero creo que no tiene el mismo sentido para mí del que puede tener en realidad. Que me pondré nerviosa y no seré capaz de decir lo que pienso de verdad. Así que me callaré y seguiré pensando en mis cosas en una tarde muy nublada en la que estoy un poco deprimida.
Porque a parte de tanto pensar, es duro ver a alguien huir de ti, ver cómo ha cambiado y sobre todo, no tener fuerzas para gritar algo y decirle que estás ahí y que la has visto por mucho que corra.
Huir nunca ha tenido sentido para nadie. Siempre acabas volviendo, a la fuerza o queriendo. Como yo he vuelto a recordar aquello. Como se recuerdan tantas cosas a diario. Recordar como, afortunadamente, he cambiado.
Ayer me llevaron al cine, pero este post no es para hablar de la película. Fui al cine a la última sesión de la semana: la de las 22:30. Me encanta ir los domingos al cine en esa sesión porque hay muy poca gente (lo que implica que hay pocas posibilidades de que haya algún imbécil que no calle durante toda la película) y, dado que duermo poco y mal los domingos, así tengo disculpa y no me aburro en casa. Vamos casi todos los domingos.
La película era larga y duro algo más de dos horas, así que cuando salimos eran las 24:30 pasadas. Antes de esto todo había sido "normal": llegar al cine apurados como siempre, cogerle las entradas a la chica de la taquilla a la que conoces pero misteriosamente sólo te saluda si se encuentra sin el uniforme, comprar el paquete más grande de palomitas que haya y apagarle el sonido al móvil. De ahí en adelante todo normal, la película genial y... ¿por qué cuando salimos no hay luces ni gente?
Estábamos en la última sesión. Éramos unas diez personas en total. Y nos encontrábamos solos en un cine con diez salas dentro de un centro comercial en el que también estaba todo cerrado. De repente la salida está cerrada, la valla que da al centro comercial bajada, la salida de emergencia no abre y todas las luces están apagadas. No hay absolutamente nadie, excepto nosotros, claro.
Ahora es cuando la historia empieza a parecer una película de terror de las malas, sólo hace falta que Frankenstein salga de la pantalla o que aparezca un loco homicida que nos persiga a todos por las salas con una sierra mecánica. Me recordó inmediatamente a Creep, aunque aquel bodrio de película de gritos y sangre ocurriera en un metro. Claro que si el director leyera esto se lo plantearía.
No es miedo lo que sientes, porque obviamente en la realidad los casos de psicópatas que te encierran en un cine son mucho menos frecuentes de lo que nos quieren hacer creer, pero te entra una extraña sensación por el estómago que sube y dice: "¿y por dónde salimos? ¿Me quedo aquí a dormir hasta mañana?". En un momento podrías tener claustrofobia, pero siempre he preferido correr y luego gritar.
Después de un rato demasiado largo de dar vueltas y probar todas las salidas de emergencia, encontramos una que sí abría. Salimos al aparcamiento y nos fuimos todos disparados al coche sin pararnos a pensar la ilegalidad del asunto, ¿por qué tienen las salidas de emergencia bloqueadas si aún queda gente dentro?
Esta es la pequeña anécdota de un domingo a la 1 de la mañana en una noche demasiado fría para llevar minifalda, y demasiado corta para la semana que empieza. Echo de menos tantas cosas... que ni el terror de estar encerrada me hace olvidar. Mmmm, chocolate.
Hoy estaba subiendo uno de los últimos banners que cree con el Adobe Photoshop cuando me di cuenta de una opción del Photobucket en la que nunca me había fijado antes: Meez.
Ya había oído hablar de esa herramienta para crear avatares interactivos, pero supuse que sería como los avatates que siempre han ofrecido el correo de yahoo. Sin embargo, no es ni parecido. Estos avatares son en tres dimensiones, tienen movimientos y puedes guardarlos en varios tamaños (la cara, de cuerpo entero etc.).
Tiene cosas sorprendentes como enlaces directos para comprar por Internet la ropa que tu avatar se está poniendo. Y multitud de acciones para animar el avatar, como convertirlo en una friki de los Back Street Boys que grita cuando aparecen (no, no lo soy) o en una actriz famosa que pasea por la alfombra roja.
En el fondo es una tontería pero siempre está bien para cuando no sabes qué ponerte en el msn o para tomarle el pelo a alguien acerca de cómo lo ves tú. Un ejemplo (que pretende ser yo haciendo un poco el idiota):
Crea tu propio Meez registrándote o sin hacerlo aquí y dejadme en los comentarios los enlaces de photobucket para que pueda verlos.
Estoy completamente viciada al "Lost in a moment" de Lene Marlin, bixito.
Nunca me cansaré de repetir que es más que un libro juvenil.
(El mismo trailer pero con subtítulos en español aquí)
Sólo hay que hacerse dos preguntas para darse cuenta de ello: ¿qué es el Magisterio en la realidad? y ¿cuántas personas hay cómo Lyra, capaces de ver lo que pretenden?
No puedo esperar a que llegue el 7 de septiembre para ver cuánta gente se da cuenta, de entre los que no han leído el libro, qué intenta transmitir en realidad. Tal vez después de su estreno escriba un post muy largo sobre ello. Sólo pido que no lo hayan convertido en lo que su autor nunca quiso que fuera: las aventuras de una niña con una brújula dorada.
Ayer Esther (mi profesora de griego y latín) me preguntó si tenía la "Odisea" por casa. Creo que se ha extendido la fama de que tengo una "biblioteca" o algo parecido, en mi cuarto. Yo sólo sé que me gasto más dinero en libros que en ropa, y ya es decir. Y que no tengo más sitio en las múltiples estanterías de mi cuarto, ¿de qué color eran las paredes? No sé qué haré cuando toque pintar...
El caso es que, hace unos años ya (creo que 3) y no recuerdo muy bien porqué, sólo que tenía algo que ver con Brad Pitt en minifalda en Troya, me dio por leer la "Íliada". Y sí, lo pasé bastante mal, pero me cuesta mucho dejar un libro cuando ya lo he empezado por muy duro que me resulte, y así, me la acabé.
Cuando se lo dije ayer creo que se sorprendió un poco (en vez de decir "¡por todos los Dioses" dijo otra cosa más fuerte, con lo que nos encanta que diga eso, con lo que nos encanta ella en general) y prácticamente me dijo que si podía conseguirla que lo hiciera, porque en la biblioteca había pocos libros. Yo sabía que en algún punto de la buhardilla de mi casa, que también está llena de libros y libros por todas partes pero que son o muy antiguos o de literatura infantil, estaba la "Odisea", porque fue de donde yo cogí la "Íliada" en aquel aburrido verano.
Pero ella me dijo una cosa que me llevo a pensar si realmente el libro que yo tenía valía la pena: "Si es antiguo fíjate en la fecha, porque en los libros publicados durante el franquismo están censuradas todas las escenas de sexo y algunas de violencia".
Ya podéis imaginaros como acabo mi aventura: conmigo dándome asco de la propia literatura y comprándome otro libro esa misma tarde en la librería. No puedo tirar el libro porque no es mío (muchos de esos libros los he heredado de mis abuelos o tíos-abuelos que saben, desde siempre, que me vuelvo loca por ellos) y porque, en el fondo, los libros no se pueden tirar. Pero es algo realmente triste que un clásico de la literatura griega como ése haya sido manipulado y destrozado por las mentes estrechas de cuatro idiotas en el siglo XX.
Ahora tengo otra versión, mucho más nueva y no censurada. "¡Qué libertinaje!" que dirían los de aquella época. Pues yo me imagino a los estudiosos del griego que tuvieran que leer ese libro leyéndolo, probablemente, en francés. Y es que, le quitan las cosas entretenidas a los libros, las cosas reales, las cosas que suceden en la vida diaria.
Encima ya sé porque la "Íliada" me resultó tan difícil y aburrida.
Hay una cuesta mítica en nuestras vidas. Suena raro pero es así. Es una cuesta de casi un kilómetro que subimos y bajamos todos los días, incluso más de una vez, para ir a clase, a ver a alguna amiga... Llevamos años pateándonos la cuesta a diario. Si en algo destaca es en que no hay NADA a su alrededor.
Nos ha llovido y nos ha granizado en medio de la cuesta, teniendo en cuenta que no hay ni árbol decente ni edificio para resguardarse. Ha hecho muchísimo calor y demasiado sol y hemos bajado la cuesta. Y es que no es un desierto con una oscilación térmica tremenda ni Alaska en sus peores meses, pero es una cuesta que no nos gusta nada.
Poco a poco se van construyendo casas a su alrededor que comunican nuestro barrio con "el de arriba" y puede que llegue un día en el que esa cuesta sólo sea una sucesión más de casas para llegar hasta el instituto, pero mientras es nuestra cuesta, con tan sólo un edificio bajo tierra medio derruido y un tremendo prado donde siempre celebramos las fiestas.
En esa cuesta que tanto conocemos hay carteles de publicidad. Cada vez más y más grandes. Carteles que en Navidad se llenan de bombillas de colores para destacar más, donde los anuncios del Corte Inglés son tan grandes como un camión y el 2x1 de Carrefour destaca en la distancia. En uno de esos carteles, ya llegando a nuestro barrio, han colocado un anuncio de la Central Lechera Asturiana que, con una cuchara removiendo un yogur dice "Remar por el Sella".
El remo es conocido aquí y los remeros también, adoro los yogures y al Yogur Griego y este cartel, tan sólo un anuncio más para muchos, después de verlo durante más de un mes varias veces al día, acaba teniendo un significado muy claro y directo y muy confuso para todos los que no sean aquellos que bajan la cuesta conmigo.
Para todos nosotros, por sufrir esos "paseos" a diario y para el Yogur Griego, porque sí.
Qué poco me gusta el horario de la Escuela de Idiomas... Kai, necesitamos que mi teléfono suene.
Este es un post que dedico a mi familia irlandesa aunque ellos no lo vayan a leer porque a parte de que no tienen ni idea de español no les voy a avisar de esto (no tendría sentido teniendo en cuenta que no lo entenderían).
Todo esto viene porque hoy he entrado en el foro del Club de Fans de The Corrs para leer las noticias y he visto una fotografía de mi querida Sharon Corr con su marido en el nuevo hotel Ritz-Carlton Powerscourt en Enniskerry, Condado de Wicklow.
La noche del 5 de octubre este matrimonio acudió a una gala benéfica en ayuda de los niños y el centro de Crisis de Violación de Dublín, en este hotel que yo ví cuando fui de excursión con mi grupo a los jardines de Powerscourt. Cerca de la salida de los jardines estaban construyendo este impresionante hotel, en imitación al de Londres creo recordar.
John, nuestro "papá irlandés", nos contó que él estaba trabajando allí en aquellos momentos como ingeniero y nos mostró un montón de fotos y cosas interesantes acerca del lujoso hotel. Y hoy cuando he visto la foto me he acordado de él y de Olive y de Sean y de Alice... Y me pareció que merecia la pena nombrarles y dedicarles este post por todo lo que nos ayudaron a Bea y a mí después de la primera mala semana, por todos los sitios a los que nos llevaron sin tener porqué y en definitiva, por portarse tan bien con nosotras que al final lloramos como tontas por tener que irnos.
Hay muchas contradicciones en la vida. Como porqué debatimos más acerca de la sociedad, de la violencia, la integración y la igualdad en Educación Física que en Filosofía... Porqué en latín y en griego aprendemos más síntaxis y mejor que en Lengua Castellana cuando se supone que la prueba que nos evaluará de eso está en la segunda asignatura... Cuestiones inexplicables de la vida que no son más que casualidades unidas pero que llevan a una a preguntarse cosas mucho más trascendentales.
¿Por qué este país sigue lleno de gente que reprime la libertad de expresión de los demás?
Llevo una bandera republicana en mi carpeta de clase y el símbolo del ateísmo. Una de mis mejores amigas lleva pintadas las uñas con los colores de la bandera republicana y sé que otra, que está más lejos, tiene unos símbolos casi idénticos a los míos en la carpeta.
Yo no puedo (porque no sería políticamente correcto, al parecer) juzgar a la gente por llevar una cruz colgada del cuello, por ir a religión o por soltarme en filosofía (o educación física, todo depende del momento) que no somos una casualidad genética de la evolución sino producto de Dios y se acabó. Para hacer una gran reverencia a la cultura del debate que tienen. Se supone que no puedo y que debo respetar sus opiniones, cosa que siempre he hecho... Hasta que me hartan.
Hoy estaba enseñando unas cosas de mi carpeta a una compañera cuando otra vio mi carpeta y dijo algo parecido a "Hay que ver que cosas lleva la gente en la carpeta". Ya podéis entender que por mi reacción no lo dijo con un tono divertido, sino con el típico tono de facha que no sabe ni porqué lo es, para qué pensar si lo dicen sus papás que aún viven en la dictadura o vete tú a saber dónde.
Puedo soportar muchas cosas y me da lo mismo que la gente tenga una opinión diferente a mí. De hecho estoy totalmente abierta a cualquier tipo de debate respecto al tema. Pero al igual que yo respeto sus opiniones, o respetan las mías o actuo con el mismo debate y la misma inteligencia que ellos con sus comentarios: ninguna.
Estoy segura de que no me volverá a decir nada. Además, me parece moralmente reprobable que defiendas a ciencia ciega unas creencias que ni siquiera son las tuyas, que no has pensado y que te han inculcado prácticamente a la fuerza. Al menos yo he tomado mis elecciones no por mis padres, ya que en algunos puntos no opinamos lo mismo, sino porque conozco la situación, leo y me informo acerca de la sociedad y de la política y soy lo suficientemente madura e inteligente como para tener mi propia opinión. No como otros...
No sé si está es la forma más adecuada de completar este post, ya que por una parte me parece que no merece la pena ni mostrar la realidad de esta forma, que ya todos la conocemos. Pero como está despertando algún que otro resquemor aquí va: el último vídeo de las Juventudes Socialistas.
A mí no me tocará pero estaría bien que mi hermana pequeña no tuviera que aburrirse tanto en la asignatura de A.E.S. y pudiera aprovechar el tiempo en algo más práctico. Ya lo he dicho mil veces: quién quiera estudiar religión católica que lo haga, pero los sábados y domingos es catequesis, que para algo está.
Espero que no todos los que lleven jersey de Lacoste sean así... porque si no tendría que empezar a odiar a gente a la que quiero...
Me apasionan los anuncios de Chanel. Cuando era pequeña y comenzaba un anuncio extraño mi madre siempre decía: o es de un coche o es de perfume. Hoy en día casi todos los anuncios son raros, pero los que siguen manteniendo un halo de genialidad y belleza siguen siendo de perfumes. Claro que Chanel no es la única marca de perfumes que hace anuncios que son capaces de captar la atención por su originalidad (y no por su hortería, como los de los supermercados...).
Esta mañana he visto el "nuevo" (no sé si es nuevo, nuevo, la verdad es que no tengo mucho tiempo para ver la televisión y menos para los anuncios, pero era la primera vez que lo veía) anuncio de Chanel. Esta vez no es del mítico Chanel Nº5, cuyos anuncios al igual que el perfume han causado tanta sensación (Carol Bouquet, Catherine Deneuve..., y por supuesto Nicole Kidman son algunas de las actrices que han protagonizado sus anuncios) porque a Marilyn Monroe le dio por decir que para dormir se echaba unas gotitas de ese perfume.
El anuncio en cuestión es del perfume "Coco Mademoiselle Chanel" y está protagonizado por Keira Knightley.
